El acceso al recorrido se puede hacer desde la Oficina de Turismo de Alhama o desde la pedanía de Gebas.
El itinerario comienza en la Oficina de Turismo de Alhama de Murcia. Desde aquí recorre una buena parte de su casco antiguo, adentrándose en él por la tradicional calle de La Feria para acercarse a su iglesia parroquial de San Lázaro. Justo al lado está el Museo Arqueológico ¿Los Baños. Le siguen la calle Empedrá, la Plaza Vieja y por entre las escalinatas de la fuente se accede al viejo depósito de agua de Alhama, justo por donde pasa el SL-MU 5, el sendero que da la vuelta al cerro de Castillo de la villa. También se puede seguir por las callejuelas de la Plaza y rambla de San Roque hasta que por un lado, siguiendo el trazado del Cordel de Librilla a Lorca, llegamos hasta el conocido paraje del Collado, la transición entre el emblemático cerro del Castillo de Alhama y la sierra de La Muela. Una vez en el Collado este PR, simultaneado durante dos tramos con el GR-252.1 recorre toda la base de la sierra de La Muela, hasta dar comienzo, justo cuando nos adentramos en la rambla de Don Diego, al zigzagueante ascenso por la senda de la Cuesta del Salto.
Es el tramo más empinado, pero el esfuerzo se va viendo paulatinamente compensado por el paisaje que va mostrando y, ya cerca de coronarlo, por las interesantes formaciones geológicas que le acompañan. La senda se va encajando sobre las terrazas de la repoblación forestal de comienzos de los años 70 de la década pasada y cuenta con algunas zonas protegidas con barandillas, acondicionadas con escalones e incluso con una pasarela de madera. Una vez en la cabecera de la rambla de Don Diego, ya metidos de lleno en la sierra de la Muela y su bosque de pinar, hacia el oeste tenemos la opción de acercarnos hacia el mirador de igual nombre. La ruta continúa hacia el noreste para atravesar un conjunto de cañadas antiguamente cultivadas y así conectar con la senda de la Sarna. Por ella se desciende hasta el camino del Pino Gordo, nuestra guía hasta el de la Atalaya, donde ya por fin entramos en contacto con los espectaculares paisajes de los barrancos de Gebas.
Primero descendemos por el llamado Panderón de La Atalaya, donde el pinar empieza a enrarecerse por la bravura de los procesos erosivos sobre las margas de los barrancos. A partir de este punto la aridez y esos procesos erosivos son cada vez más llamativos, por lo que ofrecen una de las mejores notas de este PR. De hecho, nuestro sendero irá en gran parte sobre la empinada ladera del barranco del Cejo de los Níos e incluso en algunos de sus pequeños llanos veremos los procesos erosivos conocidos como ¿ollas¿ o ¿torcas¿, hundimientos del terreno ocasionados por las infiltraciones del agua por los pequeños conductos que dejan las raíces muertas u otras aberturas del terreno. Al final, un par de últimos zig-zag nos dejerán perplejos con la contemplación de la ¿mujer afgana¿, una ladera erosionada con una forma así, más algún que otro pináculo y el gran paredón que, ya en el fondo de la rambla de Algeciras, forma la pared que da nombre a este paraje, el ¿Cejo de los Níos¿. Es a partir de aquí cuando nuestro PR ofrece una breve pero interesante conexión, el PR-MU 93.1, que podremos seguir para enlazar con el PR-MU 92 ¿Vereda de los Azagadores¿. Pero nosotros seguiremos nuestro sendero. Tras cruzar tres veces casi seguidas la rambla de Algeciras llegaremos al punto donde en ella desemboca el barranco Hondo, donde otro pináculo erosivo nos evoca paisajes de películas galácticas. Por el camino de los Barrancos ascenderemos paulatinamente hasta volvernos a encontrar con el GR-252.1, justo cuando desemboca en la pista asfaltada. A partir de aquí todo es seguir el camino principal, el pavimentado.
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