Caravaca de la Cruz desfila y galopa, y lo hace del 1 al 5 de mayo celebrando una de las fiestas más espectaculares del calendario, las de la Santísima y Vera Cruz. Su declaración de Interés Turístico Internacional está más que justificada. Son cinco días de diversión ininterrumpida en los que la localidad se desborda de vitalidad, visitantes y ganas de pasarlo bien. Las luchas entre moros y cristianos, las escaramuzas fronterizas con el Reino Nazarí de Granada y la gesta de un grupo de caballeros templarios son el guión de estos festejos.
Programa Fiestas de la Santísima y Vera Cruz 2019
Cosas que no olvidarás
Una de las cosas más especiales es despertar el 2 de mayo a las siete de la mañana con el repique de campanas y la fuerte tronería, y escuchar ya en la calle los cascabeles de los caballos al galope. Este día, mires donde mires, lo verás todo de color blanco y rojo.
Algo único de estas fiestas es la cantidad de ambientes distintos que se despliegan según el acto y la hora del día. No parece la misma ciudad por la mañana que cuando cae la tarde, aunque eso sí, tanto la espectacularidad como la hospitalidad de los caravaqueños está asegurada en todo momento.
La convivencia entre las peñas caballistas y sus charangas y las kábilas moras y grupos cristianos, que toman las calles dispuestos a guerrear, a sacar sus espadas y mandobles y a ganar posiciones alrededor de sus reyes y sultanes.
El sabor de las migas ruleras, la tarter o postres como el alfajor o las famosísimas yemas, exquisiteces elaboradas a base de yema de huevo y azúcar, recubiertos de caramelo o chocolate. Para terminar con una buena digestión, es tradición probar las bebidas de elaboración casera, como la mistela y el licor café.