Un nuevo destino de experiencias inolvidables se nos presentaba. Un cuatro cuadrante de los 1001 Sabores de la Región de Murcia por explorar, el Guadalentín. Visitar y disfrutar rincones tan exquisitos como las playas de Águilas o el encanto desconocido de lugares como Aledo, Alhama, Librilla o la monumental Lorca. Y todo acompañado de una gastronomía a la que estábamos cariñosamente sometidos.
Como a cada lugar donde acudíamos llevamos una lista de platos que degustar. Pero el tiempo nunca es suficiente para disfrutar de la rica gastronomía que esta tierra nos estaba regalando.
Aunque teníamos claro por dónde comenzar. Pasar por Águilas y no probar la gamba roja es un error imperdonable. Comerla ante el Mare Nostrum un día soleado de los tantos que iluminan la Región, un regalo para los sentidos.
No habían hablado de la excelencia de los escabeches de la zona y una ración de boga respondió inmediatamente a nuestras expectativas. ¡Qué producto tan increíble regala el Mediterráneo! Para el plato fuerte nos decidimos por un asado de pulpo y un ajo colorao. Tras comprobar en fases anteriores de nuestro viaje el increíble trato que se le da a este cefalópodo por estos lares, cuando dicen "pulpo" en Murcia quieren decir "sabor". ¡Menudo plato! Riquísimo sería quedarse muy corto. A cada bocado de esa tierna carne con algo de cremosa patata ligeramente acompañada de alioli suspirábamos.
Y por si faltaba un empujoncito para entrar en calor, el segundo plato nos lo dio. Una receta extendida desde Almería.El Guadalentín representa un perfecto maridaje de mar y montaña al que es imposible resistirse. Tu estómago y corazón se unen para saborear una experiencia digna de antiguas deidades.
Sonreíamos de placer y un leve sollozo aparecía al saber que tan solo nos quedaba una zona por marcar en nuestro cuaderno gastronómico de bitácora, Noroeste y Río Mula.
El viaje se acercaba a su fin. Al menos, su primera entrega.