Ruta barraquera: los platos que no puedes perderte en Murcia durante las Fiestas de Primavera

Ruta barraquera: los platos que no puedes perderte en Murcia durante las Fiestas de Primavera
Dicen que la primavera la sangre altera, pero en Murcia lo que se nos descontrola es el hambre. Porque si hay algo que sabe hacer bien esta ciudad (además de celebrar la primavera como nadie), es montar barracas y llenarlas de manjares que quitan el hipo y dan ganas de repetir. Así que, si vas a dejarte caer por Murcia esta semana de primavera desatada, prepárate, porque lo que viene no es una guía gastronómica, es una invitación descarada a comer, mojar pan y salir rodando (muy felizmente) por las calles de Murcia.

El zarangollo abre la veda... y la gana.
El zarangollo es la esencia de la huerta en sartén: calabacín, cebolla, huevo y mucho arte. Sencillo, humilde y absolutamente delicioso. Es la puerta de entrada a esta feria del sabor y suele ser el plato que te hace decir: "Qué rico está esto. Me pones otro, ¿no?"

Y qué decir del michirón... ese pequeño pero matón.
Cabe decir que son 100% adictivos. Estos habones gordos, cocidos con su guindilla, laurel y chorizo, son como una explosión de sabor. Se comen con palillo y se acompañan con vino, cerveza o lo que tengas a mano. Y cuidado, que pican... pero pican bien.

Y llega el pastel de carne, el que siempre cumple.
Círculo perfecto de felicidad: hojaldre crujiente, carne especiada, huevo duro, chorizo... El pastel de carne murciano no falla nunca. Si hay una estrella Michelín de barra y caña, es esta. Y si no sabes cómo empezar el día de barraca, uno de estos y un vermú son una bendición de las Fiestas.

No te puedes ir de aquí sin probar el arroz con conejo y caracoles, para comer en silencio de lo bueno que está.
El plato que te hace cerrar los ojos y agradecerle a la vida, a tu abuela y a la sartén. Conejo bien rustido, caracolito sabroso y ese socarrat que se pelea por ver quién lo raspa primero. Aquí se viene a mojar pan y a llorar de emoción.

Y si hay una corona gastronómica en Murcia, se la lleva la marinera, la reina del tapeo.
Rosquilla crujiente, ensaladilla bien hecha y una anchoa en todo lo alto. Si no te pringas un poco los dedos, no la estás comiendo bien. Hay quien viene a la barraca solo a por esto, y lo entendemos perfectamente. Consejo de experto: pide tres de golpe, porque la primera desaparece sola.

Longaniza y brasas: el combo perfecto.
Las brasas huelen desde la otra punta de la calle y tú ya sabes que vas a caer. Longanizas y morcillas que chisporrotean y una cerveza bien fría. Poco más que añadir...

Estamos convencidos de que has dejado hueco al postre. Porque esto sí que no te lo puedes perder: el paparajote, que es postre, trampa y delicia.
El que no lo conoce, cae. El que lo conoce, repite. Y el que lo muerde con hoja incluida... aprende para la próxima. Hoja de limonero rebozada y frita, espolvoreada con azúcar y canela. ¡Un 10 absoluto! Se come sin prisa y con devoción. (Recuerda: la hoja NO se come.)

Y para un broche con alma, un buen café de puchero.
Negro, humeante y con ese aroma que te recuerda a casa de tu abuela. En las barracas, el café se hace con calma, en puchero, como Dios manda. Y si lo acompañas con un chupito de licor de café o mistela... ya eres oficialmente murciano de honor.

papa
michi
mari
zara
pastel
papa
arroz

Haz la ruta barraquera con alegría, con hambre y con amigos. Las Fiestas de Primavera son para celebrarlas con la boca llena y el corazón contento. Y si terminas con el estómago feliz y el alma en paz… es que lo has hecho bien.
¡A comer, a brindar y a disfrutar, que en Murcia la primavera se celebra, también, comiendo!
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