El zarangollo abre la veda... y la gana.
El zarangollo es la esencia de la huerta en sartén: calabacín, cebolla, huevo y mucho arte. Sencillo, humilde y absolutamente delicioso. Es la puerta de entrada a esta feria del sabor y suele ser el plato que te hace decir: "Qué rico está esto. Me pones otro, ¿no?"
Y qué decir del michirón... ese pequeño pero matón.
Cabe decir que son 100% adictivos. Estos habones gordos, cocidos con su guindilla, laurel y chorizo, son como una explosión de sabor. Se comen con palillo y se acompañan con vino, cerveza o lo que tengas a mano. Y cuidado, que pican... pero pican bien.
Y llega el pastel de carne, el que siempre cumple.
Círculo perfecto de felicidad: hojaldre crujiente, carne especiada, huevo duro, chorizo... El pastel de carne murciano no falla nunca. Si hay una estrella Michelín de barra y caña, es esta. Y si no sabes cómo empezar el día de barraca, uno de estos y un vermú son una bendición de las Fiestas.
No te puedes ir de aquí sin probar el arroz con conejo y caracoles, para comer en silencio de lo bueno que está.
El plato que te hace cerrar los ojos y agradecerle a la vida, a tu abuela y a la sartén. Conejo bien rustido, caracolito sabroso y ese socarrat que se pelea por ver quién lo raspa primero. Aquí se viene a mojar pan y a llorar de emoción.
Y si hay una corona gastronómica en Murcia, se la lleva la marinera, la reina del tapeo.
Rosquilla crujiente, ensaladilla bien hecha y una anchoa en todo lo alto. Si no te pringas un poco los dedos, no la estás comiendo bien. Hay quien viene a la barraca solo a por esto, y lo entendemos perfectamente. Consejo de experto: pide tres de golpe, porque la primera desaparece sola.
Longaniza y brasas: el combo perfecto.
Las brasas huelen desde la otra punta de la calle y tú ya sabes que vas a caer. Longanizas y morcillas que chisporrotean y una cerveza bien fría. Poco más que añadir...
Estamos convencidos de que has dejado hueco al postre. Porque esto sí que no te lo puedes perder: el paparajote, que es postre, trampa y delicia.
El que no lo conoce, cae. El que lo conoce, repite. Y el que lo muerde con hoja incluida... aprende para la próxima. Hoja de limonero rebozada y frita, espolvoreada con azúcar y canela. ¡Un 10 absoluto! Se come sin prisa y con devoción. (Recuerda: la hoja NO se come.)
Y para un broche con alma, un buen café de puchero.
Negro, humeante y con ese aroma que te recuerda a casa de tu abuela. En las barracas, el café se hace con calma, en puchero, como Dios manda. Y si lo acompañas con un chupito de licor de café o mistela... ya eres oficialmente murciano de honor.
Haz la ruta barraquera con alegría, con hambre y con amigos. Las Fiestas de Primavera son para celebrarlas con la boca llena y el corazón contento. Y si terminas con el estómago feliz y el alma en paz… es que lo has hecho bien.
¡A comer, a brindar y a disfrutar, que en Murcia la primavera se celebra, también, comiendo!